Reflexiones breves para pensar, sentir y comunicar

 

Ayer una persona que conozco hizo algo que me provocó dolor y preocupación con relación a su hijo, un adulto muy joven que aún no llega a la veintena.

Vi cómo surgían en mí juicios como, “Es un insensible. No se da cuenta del dolor que le provoca a su hijo. ¿Cómo se debe sentir el chaval?”

Era muy consciente que lo estaba juzgando y, a la vez, no podía dejar de hacerlo. Me venían una y otra vez imágenes de su hijo.

Imaginaba cómo estaría sintiéndose y cómo se habría sentido durante su convivencia con su padre cuando era niño, pues no era la primera vez que hacía cosas que despertaban mucho dolor en su hijo. Tendrá que haber vivido mucha soledad, imaginé.

Tenía la intención de mirar a través de mis juicios con el objeto de conectar con las necesidades del padre y empatizar con él.

Me era imposible.

Ante mis ojos, el padre, era una persona insensible, arrogante y egoísta, y no podía dejar de verlo de otra manera.

Después me acordé de una frase que leí hace tiempo que decía: todo lo que hacemos es o una muestra de amor o una llamada de auxilio.

Esa frase me ablandó el corazón y pude entonces conectar con la humanidad del padre.

¿Qué era lo que quería experimentar con su actitud? ¿Cuál era la intención positiva detrás de su acción? ¿Qué necesidades intentaba cubrir con sus acciones?

Lo vi humano.

Y eso me ablandó todavía más.

Al otro día supe que había cambiado de actitud y había podido comportarse con su hijo de otra manera y que el chico estaba tranquilo.

Incluso había tenido un detalle bonito con él.

Los juicios limitan nuestra mirada y de esa manera “cristalizamos” a la persona sobre quien los emitimos y nos cerramos a posibilidades que ni imaginamos.

Los juicios nos hacen daño a nosotros mismos.

Ver a las personas en su humanidad con el corazón abierto nos relaja y nos da paz.

Nos hace bien.

Y quién sabe… puede que incluso tengan algún tipo de impacto en cómo se mueven las cosas.

Como dice el libro, Un Curso de Milagros, los cuerpos están separados pero las mentes están unidas. Tal vez es así…

 

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