Reflexiones breves para pensar, sentir y comunicar

 

Amor, luz y empatía – Los dos niveles de la empatía

¿Qué es el dolor?

El dolor es un indicador importante.

Cuando no hay aceptación, respeto, inclusión, apoyo, reciprocidad, reconocimiento, etc. el dolor o incomodidad que podemos experimentar es un indicador de que hay algo importante que no se está dando; algo esencial que no estamos experimentando. El dolor nos habla de la experiencia de necesidades no cubiertas.

Empatizar es reconocer el dolor que otra persona experimenta cuando sus necesidades no están cubiertas. Lo podemos reconocer porque también lo hemos vivido.

¿Quién no conoce el dolor que se genera cuando no se nos trata con respeto y consideración, cuando nuestra voz no es escuchada y tenida en cuenta, o cuando no vivimos aceptación?

El conocer esta experiencia dolorosa es lo que nos permite empatizar con otra persona.

Sabemos lo que se siente.

Pero la empatía, para que se dé y tenga un efecto sanador en nuestras relaciones, requiere también del reconocimiento de la alegría o gozo que vivimos cuando sí se cubren nuestras necesidades: cuando se nos trata con respeto, consideración y cuidado; cuando se nos incluye; cuando se nos tiene en cuenta y nuestra voz es escuchada.

Ah, qué delicia cuando eso sucede…

La empatía es reconocer el aspecto doloroso de la experiencia de una persona y TAMBIÉN el anhelo que tiene su alma de experimentar eso que no está viviendo. Incluso cuando la persona no es consciente de que esto es así.

En este doble reconocimiento nos situamos en un nivel vibratorio más alto, un nivel de mayor coherencia.

Y de esta manera, cuando nos relacionamos desde ese nivel, podemos servir como diapasones que ayudan a otros a vibrar en ese otro nivel de mayor coherencia, lo que produce bienestar y claridad tanto en el otro como en nosotros.

Por eso, en la práctica de la empatía se nutre tanto el que la da como el que la recibe.

Cuando ayudas a otra persona a encender su vela, nadie pierde y todos ganan.

La luz y el amor, contrariamente a las cosas materiales, es algo que aumenta para todos a medida que se da.

¿Quieres aprender a aumentar la luz de tu vela para ayudar a otros a encender la suya y así tener más luz todos?

Ven a la charla interactiva gratuita “¿La violencia es justificable?” en la que veremos que la violencia no es justificable pero sí digna de compasión si aprendemos a verla como una llamada de ayuda, como una petición para encender una vela que no brilla tanto como le gustaría.

 

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