Reflexiones breves para pensar, sentir y comunicar

Foto de Lina Trochez en Unsplash

 

¿Dirías que un niño que tiene pesadillas y despierta a los padres por la noche está saboteando el descanso de su madre o de su padre? Imagino que no. No cabe duda de que si los padres no pueden dormir porque su hija tiene pesadillas pueden sentir frustración, irritación e incluso desesperación. Esto lo he vivido en carne propia. Pero no se nos ocurriría decir que el niño o la niña está saboteando su sueño.

Cuando hablamos de sabotaje atribuimos una intencionalidad al comportamiento del saboteador que tiene como finalidad evitar un beneficio al saboteado para así controlarlo o limitarlo.

Es evidente que el niño o la niña pequeños no dicen, “Voy a llorar para que mis padres no puedan dormir”. El niño llora porque tiene una necesidad no cubierta o porque siente algún dolor, y esa es su manera de llamar la atención para que alguien lo atienda.

Sin embargo, cuando una parte de nosotros se activa y evita que hagamos lo que otra parte de nosotros quiere hacer para lograr algo, decimos que tenemos un auto saboteador.

Llamar saboteador a una parte de mí que se activa cuando otra parte quiere hacer algo es, desde mi punto de vista, ejercer violencia con nuestra propia persona.

Cuando un niño llora por las noches la primera pregunta que nos hacemos es “¿Qué le pasa?”, y nos abrimos a ver y escuchar qué hay detrás de su llanto para así poder atenderlo mejor.

Sin embargo, con nuestra propia persona somos menos benévolos. En vez de preguntarnos qué le pasa a esa parte nuestra que se activa cuando queremos hacer algo y que evita que lo hagamos de una manera más fácil, la juzgamos, la regañamos o la rechazamos y la llamamos saboteador.

De esta manera ejercemos violencia con nuestra propia persona. Pensamos que hay algo dentro de nosotros que nos estorba y queremos deshacernos de ello. ¡Qué duro! ¿No te parece?

En el documental del que te hablé la semana pasada, Stutz, Phil Stutz habla de esta parte que puede limitarnos llamándola “Parte X”. Dice que a medida que sigamos con un foco constante en esos tres factores que todos encaramos en la vida, la inevitabilidad del dolor, la incertidumbre y nuestro crecimiento, la Parte X pierde fuerza. Estoy de acuerdo porque para ver qué hay detrás de esa parte que llamamos saboteador es necesario crecer y transitar dolor e incertidumbre.

Lo que no me gusta de su enfoque es que él también piensa que esta es una parte que tenemos que anular, lo que nos lleva a la auto violencia.

Para mí tiene mucho más sentido pensar que esta parte nos está hablando de algo que es importante para nosotros y que no hemos escuchado todavía. Al escucharla y comprenderla podremos integrarla, no anularla. Igual que hacemos con el niño que llora durante la noche. Algo le pasa. 

La Comunicación NoViolenta propone que todo lo que hacemos los seres humanos lo hacemos para cubrir necesidades. Esa parte dentro de nosotros hace lo que hace porque aún no hemos tomado consciencia de algo que es mejor no pasar por alto o pasar por encima.

Necesitamos la colaboración de esa parte, no excluirla. De esta manera seremos no solo más efectivos, sino viviremos con más paz, tranquilidad y armonía.

La foto de portada es de Юлія Дубина en Unsplash

Recuerda: La calidad de tu vida depende de la calidad de tus relaciones. La calidad de tus relaciones depende de la calidad de tu comunicación.