Reflexiones breves para pensar, sentir y comunicar

Foto de Lina Trochez en Unsplash

 

En nuestro afán por buscar estabilidad terminamos en estancamiento. No queremos que nada nos perturbe. Queremos sentirnos seguros. Por eso nos cuesta el cambio.

El estancamiento es una especie de “muerte” porque en él no hay movimiento, crecimiento o evolución.

En el estancamiento nos desconectamos también de nuestra creatividad.

Esta desconexión la vivimos como aburrimiento. Para evitar ese aburrimiento corremos a consumir y a distraernos. Pero no creamos. Simplemente evitamos.

Hay momentos en la vida en los que evolucionamos a través de “saltos cuánticos”. En estos momentos lo que parecía estable y seguro parece desmoronarse. El orden se convierte en caos.

En ese caos experimentamos mucha incomodidad, incertidumbre e inseguridad. Parece que no tenemos dónde agarrarnos.

Es en esos momentos que necesitamos confiar en la vida y en algo dentro de nosotros que, aunque no lo conozcamos bien, está ahí, vivo, sensible y creativo.

En esos momentos habitamos el vacío fértil: un espacio que necesita vaciarse para llenarse de algo nuevo, más rico y más lleno de sentido.

Recuerda: La calidad de tu vida depende de la calidad de tus relaciones. La calidad de tus relaciones depende de la calidad de tu comunicación.