Reflexiones breves para pensar, sentir y comunicar

 

Empezaba a sentirme distanciado de mi pareja. No me gusta esa sensación.

Mi filosofía no es simplemente estar cómodo. No me conformo en pensar que todo está bien porque no pasa nada.

No solo no quiero que pasen cosas malas. Quiero que pasen cosas buenas.

Con mi pareja igual. No solo quiero que estemos solo “bien”; tranquilos y sin conflicto.

Quiero cercanía, cuidado mutuo, y celebración y alegría por estar juntos.

Marshall Rosenberg decía que las personas solo decimos dos cosas: Por favor y Gracias. Por favor haz algo para que mi vida sea más maravillosa y Gracias por haber hecho algo que hace que mi vida sea más maravillosa.

Ese día mi pareja y yo hablamos. Hablamos de varias cosas. Reconocimos que tenemos una buena base en nuestra relación. También expresamos que hay cosas que podemos hacer para hacerla más maravillosa.

Esas cosas que hacen que tu vida sea más maravillosa pueden ser algo sencillo.

Me dijo mi pareja, “A veces llego a casa y me saludas con un hola y sigues trabajando. Me gustaría que parases un momento, y me miraras a los ojos y me dijeras, “Hola cariño. ¿Qué tal tu día?” Tomé nota.

Yo le dije, “Me gusta hacer la cena y luego recoger la mesa y fregar los platos para que tú te puedas relajar después de un día largo de trabajo. Me encantaría que, cuando lo hago, me dijeras cómo te sientes con este cuidado.” Sonrió.

Dijimos más cosas. Nos escuchamos.

Volvimos a sentir mucha cercanía y emoción por estar juntos.

Las cosas pequeñas expresadas y recibidas con amor son grandes para el alma.

La calidad de tu vida depende de la calidad de tus relaciones. La calidad de tus relaciones depende de la calidad de tu comunicación.

 

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