
Hace poco vi una entrevista con Gabor Maté, médico y autor de varios libros, entre los que están “Cuando el cuerpo dice no”, “The Myth of Normal”, y otros más. Durante la entrevista hizo comentarios de algo que realmente llamó mi atención.
Dijo que en su práctica como médico a lo largo de 30 años, y como investigador de la relación que hay entre el trauma, la adicción y la enfermedad, ha visto que las personas que desarrollan enfermedades crónicas tienen 4 cosas en común:
Son personas que:
- Tienden a poner las necesidades de los demás por encima de las suyas propias.
- Suelen actuar y tomar decisiones desde el sentido de responsabilidad y del deber, desde el rol que ejercen, o por obligación, en vez de desde la conexión con sus necesidades.
- A menudo reprimen la expresión sana de la rabia, o que explotan y expresan su rabia de manera desmesurada en ataques de cólera.
- Con frecuencia se sienten responsables de cómo se sienten los demás y sienten angustia por un temor constante a decepcionar.
La práctica de la Comunicación NoViolenta (CNV) nos ayuda justamente en estas cuatro áreas.
- La CNV propone que, para tener relaciones sanas, es importante tener en cuenta las necesidades de todos y darles el mismo valor, independientemente de la edad, el género, la procedencia, el estatus, el rol, etc. La CNV nos enseña, a través de principios y prácticas concretas, a descubrir patrones dentro de nosotros que nos llevan a pensar que nuestras necesidades no son legítimas y, por tanto, a poner las necesidades de los demás por encima de las nuestras.
- La CNV nos enseña a trascender roles y el sentido de la obligación o del deber, y a conectar con las necesidades propias y de los demás para poder actuar y tomar decisiones desde esa conexión. Esto es más sano, efectivo y enriquecedor porque tiene en cuenta el dinamismo de la vida y cómo se manifiesta en cada momento dentro de cada uno de nosotros y en nuestras relaciones.
- La CNV nos enseña a identificar la rabia antes de que “explotemos”, y a limpiar nuestra mente de pensamientos que nos llevan a usarla como arma arrojadiza. También nos ensaña a identificar patrones que nos llevan a tragarnos nuestra molestia, algo muy dañino para nuestras relaciones y para nuestro propio organismo. De esta manera podemos usar la poderosa energía que hay detrás de la rabia para el cuidado propio y de los demás.
- La CNV nos enseña que lo que hacen y dicen los demás no es la causa de nuestro estado emocional, sino algo que lo estimula, que lo desencadena. La causa de nuestros sentimientos se encuentra en nuestro interior: en nuestras necesidades y en nuestra forma de interpretar lo que sucede. De esta manera podemos ver claramente que los demás no son responsables de cómo nos sentimos y que, por tanto, tampoco somos responsables de cómo se sienten los demás. Esto no significa que dejemos de tener en cuenta el impacto que nuestras acciones tienen en los demás y del impacto que tienen las acciones de los demás en nosotros y a tomar decisiones y llevar a cabo acciones a ese respecto. Solo en la libertad podemos desarrollar la verdadera respons-habilidad, es decir, nuestra habilidad para responder a lo que nos pasa y a lo que les pasa a los demás desde la consciencia, la empatía y la comprensión.
La CNV es la herramienta de inteligencia emocional, inteligencia relacional y desarrollo personal más efectiva que conozco.
Por todo esto siento mucho agradecimiento a Marshall Rosenberg, y a todas las personas que seguimos desarrollando esta herramienta y llevándola a cada vez más personas en el mundo.
Recuerda: La calidad de tu vida depende de la calidad de tus relaciones. La calidad de tus relaciones depende de la calidad de tu comunicación.