Reflexiones breves para pensar, sentir y comunicar

Foto de Lina Trochez en Unsplash

 

Ayer vi el documental de Netflix “Stutz” de Jonah Hill, actor, comediante y director estadounidense nominado en dos ocasiones al Premio Óscar y que ha trabajado en películas como Superbad, Moneyball, El lobo de Wall Street y No mires arriba.

A pesar de sus éxitos profesionales, Hill padecía de ansiedad, baja autoestima y problemas de depresión, lo que lo llevó a buscar ayuda. En esa búsqueda conoció al psiquiatra estadounidense Phil Stutz. En el documental Hill y Stutz exploran el método que Stutz usa para acompañar a sus clientes en su proceso de vida.

El método Stutz consiste en varios conceptos clave alrededor de los cuales trabaja para ayudar a sus clientes a tener vidas más plenas y llenas de sentido.

Fíjate que uso el término “más plenas”, no “más felices”, porque en mi experiencia de vida, y así lo cree también Stutz, he llegado a la conclusión que eso que llamamos “felicidad” es un estado ilusorio que solo existe en nuestra imaginación.

Según Stutz, y estoy totalmente de acuerdo, todos los seres humanos sin excepción nos enfrentamos a tres realidades: el dolor, la incertidumbre y el trabajo continuo en nuestro desarrollo.

¿No será mucho más sensato centrarnos en estos tres aspectos de la vida y tener herramientas para gestionarlos en vez de huir hacia un mundo imaginario en el que pensamos que una vez que lleguemos ahí ya seremos felices? Cuando tenga el coche que quiero, la casa que deseo, dinero suficiente, la pareja que anhelo, la familia con la que sueño, el trabajo ideal… entonces ya seré feliz, nos decimos.

La plenitud, que, como digo, es diferente a la felicidad, surge cuando somos capaces de abrazar el dolor, la incertidumbre y nuestro desarrollo de manera dinámica. Al hacerlo, entramos en el dinamismo de la vida misma y eso nos llena de energía, pasión, confianza, creatividad, esperanza, optimismo, resiliencia, equilibrio, humildad, compasión, sentido y ganas de vivir. Eso es plenitud.

El sufrimiento surge de nuestro bloqueo al enfrentar el dolor, la incertidumbre y nuestro desarrollo personal, emocional y espiritual por falta de herramientas, lo que hace que caigamos en lo que Stutz llama “El laberinto” (The Maze) porque es un espacio en el que nos percibimos atrapados y del cual parece que no podemos salir.

En próximas Newsletters estaré explorando cómo los conceptos presentados en el documental del método Stutz pueden entenderse a través de los principios de la Comunicación NoViolenta y cómo los bloqueos y dificultades pueden superarse con la práctica de estos principios de la CNV.

El primero, y que te presento aquí, es eso que menciono al principio: el dolor, la incertidumbre y el crecimiento personal es lo único realmente dinámico en la vida. Escapar de este hecho en búsqueda de esa felicidad imaginaria que Stutz llama el mundo ideal es algo que nuestro cerebro proyecta, y que se convierte en una fuente de conflicto interno y de frustración porque es algo que realmente nunca llega porque no existe más que en nuestra imaginación.

Además, esta triada de dolor, incertidumbre y crecimiento es algo que nos humaniza porque es algo que vivimos todos los seres humanos independientemente de nuestro estatus, de nuestra posición social, de nuestra economía o de nuestros logros.

Esta consciencia, de la que también hablaba el filósofo Jiddu Krishnamurti cuando dice que es importante estar con lo que es, no con lo que debería ser, y que también menciona Bert Hellinger cuando habla de reconocer lo que es, no es fatalista. Todo lo contrario. Es algo que, una vez que somos capaces de aceptar, nos permite acceder más directamente a nuestro poder personal y desarrollarnos para vivir vidas cada vez más plenas.

Que tengas una linda y plena semana.

La foto de portada es de Lina Trochez en Unsplash

Recuerda: La calidad de tu vida depende de la calidad de tus relaciones. La calidad de tus relaciones depende de la calidad de tu comunicación.