Reflexiones breves para pensar, sentir y comunicar

 

Marshall Rosenberg decía que las necesidades nunca están en conflicto.

A veces cuesta ver esto entre otras cosas porque muchas veces escuchamos la frase “conflicto de necesidades”. En realidad, según William Ury, profesor de negociación en Harvard y autor del libro Obtenga el Sí, lo que hay es un conflicto de intereses, pero no de necesidades.

Las necesidades no pueden estar en conflicto. Si tú quieres quedarte en casa y yo quiero salir y, además, queremos estar juntos, tendremos que ir de la estrategia (la acción) a la necesidad (lo que motiva la acción). Si no lo hacemos, puede que terminemos peleando: “¡Siempre tenemos que hacer lo que tú quieres!” “Qué dices. ¡Siempre soy yo el que cede!”.

Salir es una acción, es decir una estrategia, para cubrir una necesidad; quizá distracción, diversión, variedad…

Quedarse en casa es una estrategia también. Quizá debajo de esa estrategia está la necesidad de descanso y tranquilidad.

Una vez que somos conscientes de las necesidades de ambos, podemos buscar una estrategia que tenga en cuenta tanto tus necesidades como las mías.

Por tanto, para resolver conflictos, entonces, es útil pensar que las necesidades no están en conflicto, sino que el reto es encontrar estrategias que cubran las necesidades en juego de las partes.

Una de las habilidades más importantes para resolver conflictos de una forma satisfactoria es la capacidad y sensibilidad para diferenciar necesidades de estrategias.

Esto a veces no es fácil porque muchas veces decimos cosas como, “Necesito ir al banco”. Ir al banco es una acción, por tanto, no es una necesidad, sino una estrategia.

Te voy a dar un ejemplo en el que verás clara la diferencia entre necesidades y estrategias en el que también hablo del duelo:

Alguien que pierde las piernas ya no puede cubrir su necesidad de movilidad con sus piernas. Atravesará un proceso de duelo/aceptación hasta que acepte que puede cubrir su necesidad de movilidad con una silla de ruedas. Probablemente no es su estrategia preferida, pero es una estrategia efectiva.

Por eso es tan importante diferenciar necesidad de estrategia. Si la persona piensa que caminar es una necesidad vivirá con mucho dolor y frustración porque ya no puede hacerlo. Cuando es capaz en su mente y sistema de creencias diferenciar necesidad (movilidad) y estrategia (caminar, silla de ruedas, ser cargado en brazos, etc.) su abanico de posibilidades se abre. Pero posiblemente tendrá que pasar un proceso de duelo por la pérdida de la estrategia.

El cambiar de foco de estrategia a necesidad es algo que se puede hacer con bastante rapidez en el día a día con práctica. Esto te puede ayudar a evitar conflictos, irritaciones y desencuentro que, por muy pequeños que sean.

En este vídeo te cuento una de esas cosas “pequeñas” que nos pasan en el día a día que pueden “salir mal” si no tenemos esta habilidad (es algo real que me pasó ayer con mi pareja).

Y en este enlace podrás descargar de forma gratuita una lista de sentimientos y necesidades con una explicación adicional para ayudarte.

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