Reflexiones breves para pensar, sentir y comunicar

 No quiero ser altruista

En una cultura en la que estamos acostumbrados a pensar en polaridades como bien/mal, correcto/incorrecto, tener razón/estar equivocado, etc. la generosidad, o la falta de ella, también se ve salpicada por esta manera de ver las cosas.

Pensamos que lo contrario a ser egoísta es ser altruista.

La definición de altruista, según la RAE es: Diligencia en procurar el bien ajeno aun a costa del propio.

La parte de «Aun a costa del propio» me choca.

Para encontrar soluciones que funcionen para todos tiene que haber buena voluntad y creatividad. La buena voluntad es la base. Y la creatividad es lo que hace posible encontrar estrategias para atender las necesidades de todos. 

La buena voluntad es una decisión desde la consciencia. La creatividad se despierta cuando mi prioridad es procurar el bien ajeno y, a la vez, el mío.

Quiero vivir una vida donde no existe el sacrificio, la abnegación, la caridad, etc., todos ellos conceptos que me hablan de un desequilibrio de poder; conceptos que me hablan de o tú o yo, de ganar o perder, de disfrutar o sufrir… conceptos polares.

Prefiero los conceptos inclusivos: poder compartido; tú Y yo; ganar/ganar; disfrutar y celebrar, y reconocer nuestros dolores cuando los haya.

Cuando tomo decisiones teniendo en cuenta las necesidades de las demás personas y las mías propias, vivo una vida plena y expansiva, lo que me trae paz y alegría.

No siempre puedo tomar decisiones que cubren todas las necesidades de todas las personas. Pero sí intento tenerlas en cuenta. Y, sobre todo, conectar con ellas de una manera corporal, energética.

Y cuando de esa conexión surge la acción, puede que queden algunas necesidades sin cubrir, quizá algunas de mis propias necesidades, quizá algunas de las necesidades de otras personas. Pero una decisión así es poderosa porque es una decisión consciente. Una decisión donde no hay manipulación, imposición, engaño, sumisión o rebeldía.

Es ahí donde encuentro el equilibrio, la paz y la verdadera generosidad.

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