
Decirle a un niño que debe ser bueno para que los demás lo quieran es mucho más dañino de lo que imaginamos.
Si eso te lo dijeron a ti, ello puede tener repercusiones en tu vida adulta que te limitan mucho.
¿Te ha pasado querer tener una relación de pareja con alguien, o continuar en relación después de que ésta se rompiera, y pensar esto?: “Si fuese más alta o atractiva o interesante o rubia o morena, etc., entonces sí querría estar conmigo”. O, si eres hombre: “Si tuviese más dinero o un mejor trabajo o estuviera más en forma o fuese más seguro, etc., entonces esta persona sí desearía ser mi pareja.”
A mí sí. Creo que nos ha pasado a todos.
Pensar de esta manera puede provocar mucha frustración, dolor y desesperanza. Tu atención se enfoca en lo que imaginas son tus “defectos” y quedan fuera de tu consciencia las muchas cualidades, capacidades y talentos que sí tienes, y el encanto natural de quién eres.
¿Qué tiene que ver esto con el tema de esta publicación?
Cuando se nos cría dándonos el mensaje que tenemos que ser buenos, obedientes, simpáticas, etc. para recibir amor y aceptación, se instala la creencia subconsciente que ser amados o amadas sólo depende de nosotros.
Este es un peso muy grande para un niño.
Amar a un niño o niña habla de la capacidad de amar de los adultos que forman parte de la vida del niño o niña, no de la amabilidad (capacidad de ser amada o amado) de la niña o niño.
Si un niño o niña no se vive amado, no es su responsabilidad; es la responsabilidad de los adultos que lo cuidan.
Un adulto regulado, y emocionalmente maduro y conectado, puede amar de manera nutritiva a un niño. Amar significa no solo proveer cosas materiales y seguridad, sino también ser emocionalmente un “puerto seguro” donde el niño pueda sentir seguridad emocional, amor, respeto, consideración, pertenencia, aceptación, etc.
Así que, cuando alguien no te ame como te gustaría, recuerda tener en cuenta que ello no solo habla de ti, sino también de la capacidad de amar de la otra persona.
Si tu mente se obsesiona por tener el amor de esa persona que quizá no tiene la capacidad de amar, vivirás en una consciencia de escasez que será fuente de desesperanza y frustración.
Vivir en conexión contigo y con tus muchas capacidades y talentos, y con tu encanto natural, te permite vivir en la abundancia de saber que esa persona que sí tiene la capacidad de amar existe y que, cuando te encuentres con ella, te amará por quién eres.
Foto de Caroline Hernández en Unsplash
Recuerda: La calidad de tu vida depende de la calidad de tus relaciones. La calidad de tus relaciones depende de la calidad de tu comunicación.