Reflexiones breves para pensar, sentir y comunicar

Vivir en paz con necesidades no cubiertas

Uno de los principios fundamentales de la CNV es el que dice que todo lo que hacemos los seres humanos lo hacemos con la intención de cubrir una o varias necesidades.

Esto es así incluso cuando hacemos cosas que no nos gustan.

Gritar a nuestros hijos no nos gusta a nadie, imagino. Aún así, a veces lo hacemos. ¿Qué necesidades motivan esta acción, aunque no nos guste? Probablemente necesidades como tranquilidad, orden, respeto, consideración, escucha…

También con frecuencia decimos en formaciones de CNV que la función de los sentimientos es indicarnos si nuestras necesidades están siendo cubiertas o no. Yo mismo lo debo haber dicho muchas veces.

Ahora no estoy totalmente de acuerdo con esa declaración, aunque si en parte.

Si pienso que me voy a sentir bien solo cuando mis necesidades estén cubiertas, me estoy avocando a mí mismo a una vida llena de frustración y amargura.

Muchas veces no es posible cubrir nuestras necesidades. Existen muchos condicionamientos personales y circunstanciales que evitan que nuestras necesidades queden cubiertas muchas veces.

¿Podemos estar en paz aun si nuestras necesidades no están siendo cubiertas? En mi experiencia, definitivamente sí.

La función del dolor, del malestar o de la incomodidad es, efectivamente, hablarnos sobre nuestras necesidades. Pero, a menudo, el dolor emocional más intenso surge cuando percibimos que nuestras necesidades no solo no están siendo cubiertas, sino que no son vistas o tenidas en cuenta.

Esto es tan doloroso porque nuestras necesidades son el aspecto más esencial de nuestra persona. Si nuestras necesidades no son vistas o tenidas en cuenta, es como ser invisibles. Y esto genera mucho dolor, impotencia, angustia y frustración. Y de ese dolor tan grande es de dónde surge la reactividad y la violencia.

Marshall Rosenberg decía, “Toda violencia es una expresión trágica de necesidades no cubiertas”. Yo más bien diría que toda violencia es una expresión trágica de necesidades no vistas y tenidas en cuenta.

Tener en cuenta las necesidades de todos es primordial para tener paz. Intentar cubrirlas mediante acciones efectivas también es muy importante, pero no siempre es posible, como dije arriba.

Por eso la empatía y la autoempatía son tan importantes. En la práctica de la CNV desarrollamos la capacidad y sensibilidad para identificar y tener en cuenta las necesidades propias y las necesidades de las otras personas, y a buscar maneras de satisfacerlas, si es posible.

En la medida que tengamos la certeza de que nuestras necesidades importan, tendremos mayor fuerza y resiliencia para vivir con nuestras necesidades no cubiertas cuando, por limitación circunstancial o personal, no es posible cubrirlas.

El primer paso para crear más paz a nuestro alrededor es tener en cuenta las necesidades de todos, las propias y las de los demás al mismo nivel… aun cuando no puedan llegar a cubrirse algunas veces.

 

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